La pobreza va más allá de la falta de ingresos. La pobreza es un problema de derechos humanos. El hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud, la discriminación y la exclusión social son también parte de la misma.
Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo para el 2030, es el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En el 2015 existían más de 700 millones de personas viviendo en condiciones de extrema pobreza en todo el mundo, con ingresos inferiores a 1,9 dólares por día. Aproximadamente la mitad de estas personas vivían en países de ingresos medianos bajos. Esto significa que, alrededor del 10% de la población mundial vive en condiciones de extrema pobreza (Banco Mundial, 2018).