Parte de la solución a la hambruna mundial puede encontrarse en la reducción del desperdicio. ¿Por qué desperdiciamos tanta comida? ¿Qué impacto tiene este desperdicio en el medio ambiente?
¿Qué es la pérdida y el desperdicio?
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) entiende que la pérdida y el desperdicio de alimentos hacen referencia a su disminución en las etapas sucesivas de la cadena de suministro de alimentos destinados al consumo humano – desde la producción inicial hasta el consumo final.
La pérdida, pierda o estropeo de los alimentos antes de llegar a su fase de producto final o la venta minorista, no es intencionada. La pérdida suele ocurrir por una ineficiencia de infraestructura, transporte y equipamientos o los mecanismos de mercado, o de los precios, así como a los marcos institucionales y legales.
El desperdicio ocurre cuando alimentos aptos para el consumo humano no son consumidos, sea por descarte de los minoristas y/o consumidores, sea porque se estropean.
En los países en vía de desarrollo, ocurre con más frecuencia en el proceso de producción y distribución, mientra que los industralizados en el consumo.
¿Por qué desperdiciamos tanta comida?
Existen varias causas que llevan al desperdicio, los motivos varían dependiendo del momento de fases de la cadena alimentaria.
- El mito de la perfección: existe la idea de que, en especial, las frutas y verduras, deben lucir perfectas en la estantería, fruto del los altos estándares de calidad que enfatizan demasiado la apariencia de los alimentos, eso provoca un inmenso descarte desde las primera fases del proceso de recolección y problemas en el proceso de almacenaje y embalaje.
- El sector de restauración (locales que sirven comidas y/o bebidas): debido a la mala previsión en la compra de los productos, el tamaño de las raciones, mala calidad y las normativas que prohíben la reutilizaron de alimentos.
- El consumidor final: las causas del desperdicio en los hogares son, la mala conservación de la comida, ofertas estilo 2×1 o 3×2 que llevan a la compra excesiva de alimentos, el no aprovechamiento de las sobras y la falta de entendimiento sobre la fecha de caducidad de productos.
La FAO estima que de los más de 4000 millones de toneladas de alimento que son producidos al año, sólo se consumen un 68%. En otras palabras 1300 millones de toneladas de comida se desaprovechan cada año en el mundo.
El consumidor final no es el único responsable por el desperdicio, pero suele infravalorar lo que desaprovecha. Llegamos a tirar 50% de las frutas y los vegetales – son el tipo de alimento con mayor desperdicio, seguidos por el pescado – un 35% – los cereales, 30% y la carne, un 20%.
Los impactos del desperdicio de comida
Según Naciones Unidas el desperdicio alimentario es uno de los principales factores de la inseguridad alimentaria. El 25% del desperdicio podría salvar la vida de 795 millones de vidas que corren riesgo de muerte por desnutrición y sería suficiente para cubrir las necesidades de los más de 870 millones de persones que padecen hambre.
El desperdicio también tiene fuerte impactos ambientales. Según la ONU, este es responsable de graves efectos en el cambio climático. LA FAO afirma que el desperdicio genera una producción de 3.3 gigatoneladas de dióxido de carbono. Si la comida desperdiciada fuera un país, sería el tercero país en emisión de gases contaminantes, sólo por detrás de China y Estados Unidos.
Si hablamos del uso de la tierra, los datos nos dicen que 1400 millones de hectáreas – un 30% del suelo agrícola existente – es utilizado para cultivar alimentos que nunca serán consumidos.
Los datos, son todavía más alarmante si analizamos el uso de agua potable. Se desperdicia más el agua en el cultivo de alimentos que no comeremos que la que se usa en todo un año en países como India y China.
El futuro trae datos alarmantes. Para 2050 la producción de comida deberá ser un 60% mayor que la que producimos en 2005, para poder alimentar los 9.600 millones de personas que vivirán en el planeta para ese año. Si no hay cambio en todas las fases de la cadena alimentaria, el desperdicio seguirán en crecimiento y el impacto al medio ambiente sólo irá a más.
“El cambio climático tiene que ver, por encima de todo, con el desequilibrio entre nuestra economía de producción y consumo y la capacidad de sustentación que ofrece el planeta” (Robert van Otterdijik, coordinador del programa de ahorro de alimentos de la FAO )
Fuente: Extracto artículo de Suyan Castelo Branco
Imagen: FAO