El ODS 1, tiene como objetivo poner fin a la pobreza en su denominación corta, y poner fin a la pobreza en todas sus formas, en la larga. Cuenta con 7 metas y 14 indicadores. En particular, la primera de las metas establecidas para este indicador expresa textualmente lo siguiente:
Para 2030, erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, actualmente medida por un ingreso por persona, inferior al 1,25 dólares al día.
Algunos de los resultados del estudio indican que al final del 2020, Paraguay contaba con 852 Unidades de Salud Familiar (USF) instaladas. Se necesita instalar unas 450 USF más para alcanzar la meta oficial mínima (1.300), ya que sin una cobertura total de salud, se dificulta el cumplimiento del ODS1. Además, nuestro país cuenta con la menor inversión social de Sudamérica, el gobierno central invierte en programas sociales solo 9,5% en proporción al PIB, mientras que el promedio de la región es del 13,5%. Otro de los resultados indica que los pequeños productores de la agricultura familiar se encuentran generalmente desprotegidos; solo el 10,9% reciben transferencias condicionadas por el programa Tekoporã y solo el 7,7% reciben la pensión de alimentación de adultos mayores.
También se puede observar que el 45% de la población en situación de pobreza tiene menos de 15 años, para alcanzar el cumplimiento del ODS 1, es fundamental abordar la pobreza infantil a nivel nacional y multisectorial.
Otro de los datos resaltantes es que según los últimos datos disponibles, que son del año 2017, indican que 2 de cada 3 personas indígenas se encuentran en situación de pobreza.
El estudio determina como recomendación que el Estado paraguayo debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger las tierras y territorios de las comunidades indígenas y campesinas, incluyendo la no realización de desalojos violentos. El acceso a la tierra es una condición fundamental para garantizar los derechos de las personas de dichas comunidades a una mejor calidad de vida.
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